Hace unos días, mientras leía el libro de Brett Bartholomew, "Coaching Consciente para Entrenadores", me encontré con la frase: “El talento necesita traumas para alcanzar su potencial”. Esta idea resonó en mi mente, y me gustaría explorar su importancia a través de mi experiencia como entrenador y atleta.
Primero, quiero agradecer a todas las personas que han confiado en mí para ser su entrenador. La mayoría ha sido respetuosa con mi trabajo y disciplinada, y valoro profundamente su compromiso independientemente de su objetivo. Sin embargo, otros tienen expectativas más altas y exigen más, lo que me lleva a exigirles más también.
He notado una tendencia preocupante entre muchos atletas y personas que desean mejorar: la falta de esfuerzo que están dispuestos a invertir. Sé que este es un tema sensible y puede ofender a algunos, pero es fundamental comprender que no lograrán sus objetivos sin un compromiso. Incluso cuando te esfuerzas, alcanzar algo que valga la pena es difícil; imagina lo imposible que sería sin esfuerzo alguno. Este mensaje no está dirigido a los principiantes, sino a aquellos que llevan un tiempo entrenando y aún pierden su tiempo.
Con frecuencia, cuando hablo con estos deportistas, su argumento para no reconocer sus fallos es que no quieren sufrir porque no les parece divertido. Explicar los beneficios del esfuerzo y los sacrificios temporales a alguien con esta mentalidad es, en la mayoría de los casos, inútil. Son dos puntos de vista completamente opuestos.
Vivimos en una era donde todo vale, donde los placeres inmediatos prevalecen sobre el trabajo duro y el esfuerzo. Esta mentalidad nos llevará a una insatisfacción futura inevitablemente. El sacrificio y la dedicación no son enemigos del bienestar; son sus aliados más fieles.
Es triste ver a personas, especialmente jóvenes, desperdiciar su talento. No me refiero solo a aquellos con predisposiciones naturales para ser buenos en ciertos ámbitos. Todos podemos mejorar en las áreas que nos importan, pero a menudo desperdiciamos nuestras oportunidades en busca de placer. El potencial no aprovechado es una de las mayores tragedias de la vida.
La filosofía de un entrenador se debe alinear con su método de trabajo y sus atletas. Si algo como esto crea un conflicto insalvable, lo mejor es pasar página por el bien de ambos. ¿Está el dinero por encima de tus valores y tu imagen como entrenador?
En conclusión, el talento requiere sufrimiento. No hay atajos ni soluciones fáciles. La verdadera satisfacción y el logro provienen del trabajo y la dedicación. Así que, si realmente deseas alcanzar tu potencial, prepárate para abrazar el sufrimiento y el sacrificio. Solo entonces podrás descubrir de lo que eres realmente capaz.
“No hay nadie menos afortunado que aquel a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba” - Séneca.
Referencias
Inspirado en el libro de Brett Bartholomew, "Coaching Consciente para Entrenadores"